Laura Malosetti
Costa
Ernesto de la
Cárcova (Buenos Aires, 1867-1927). SIN PAN Y SIN TRABAJO (1894), Arte Siglo XIX. Parte 2. MNBA, Clarín, 2010
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Sin pan y sin trabajo (1893-94) |
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Autorretrato |
Sin pan y sin trabajo es el primer cuadro de tema obrero con intención
de crítica social en el arte argentino. Desde el momento de su exhibición ha
sido una pieza emblemática del arte nacional: comentado, reproducido, citado y
reapropiado por sucesivas generaciones de artistas, historiadores y críticos
hasta la actualidad.
Fue pintado por
Ernesto de la Cárcova en Buenos Aires a su regreso de su viaje de estudios en
Turín y Roma, donde había comenzado su ejecución antes de partir. Allí dejó al
menos un boceto en obsequio a pío Collivadino, el artista argentino que a su
llegada ocupó el taller que De la Cárcova dejaba en Vía del Corso 12.
Había comenzado
su formación europea en la Real academia de Turín, donde fue admitido con una
obra (Crisantemos) en la exposición
de 1890. Luego había pasado a Roma, donde continuó su formación en los talleres
de Antonio Mancini y Giacomo Grosso. Una obra suya (Cabeza de viejo) fue premiada con medalla de plata y adquirida en
1892 para la Galería Real de Turín; también obtuvo medalla de oro en Milán en
1893. Estos antecedentes hicieron que a su regreso, a los 28 años, fuera
miembro del jurado del Ateneo, de modo que Sin
pan y sin trabajo, celebrado como el gran acontecimiento artístico del Salón,
quedó fuera de concurso.
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Cabeza de viejo (1879) |
El cuadro
responde a un estilo naturalista y a una temática que tuvieron una importante
presencia en los salones europeos de los años finales del siglo XIX: grandes
pinturas resueltas en tonos sombríos que desplegaban escenas dramáticas de
miseria y de los contemporáneos conflictos sociales urbanos. El espíritu
crítico que sin duda alimentó aquellas composiciones naturalistas finiseculares
se diluyó en los cuadros de salón, en el interés por figurar en grandes
competencias con posiciones enfrentadas al arte académico más conservador. Sin embargo,
Sin pan y sin trabajo no fue pintado
para competir en un salón europeo: fue la obra con la que de la Cárcova se
presentó al regreso en el Segundo Salón del Ateneo en Buenos Aires, tras
haberse afiliado al recién creado Centro Obrero Socialista (antecedente inmediato
del Partido Socialista, fundado dos años después). No había en Buenos Aires una
tradición académica sino que el grupo de artistas del Ateneo procuraba dar sus
primeros pasos. Por otra parte, a partir de la crisis de 1890, la inmensa
afluencia de inmigrantes europeos que llegaban de Europa en busca de trabajo en
Buenos Aires comenzaba a percibirse en forma conflictiva.
Hay algunos
elementos de la composición y el tratamiento del tema que alejan a Sin pan y sin trabajo de las recetas
naturalistas a favor de una mayor expresividad crítica, transformándolo en un
cuadro de ideas: la posición inestable y el alargamiento de la espalda del
obrero, la inclinación de la silla en que se apoya y de la mesa (que no responden
a un esquema riguroso de perspectiva) generan tensión hacia el gesto de la mano
que aparta la cortina y centra la atención sobre la escena que se desarrolla en
la veduta del fondo. Allí puede verse
un conflicto entre obreros y guardias a caballo, frente a una fábrica cerrada e
inactiva. El plano inclinado de la mesa vacía, plenamente iluminado, presenta también un foco de interés en el que
se destacan las herramientas, inútiles. La figura de la mujer con el niño en
brazos, a la derecha de la composición, con un regazo extraordinariamente
amplio y una expresión vacía en el rostro, funciona como contrafigura de la
tensión dramática del obrero.
Los diarios de
Buenos Aires destacaron el cuadro de de la Cárcova como la gran revelación del
Salón de 1894. Se destaca entre ellos la extensa e intencionada nota de Roberto
J. Payró (quien también se había afiliado ese año al Centro Obrero Socialista)
en La Nación, donde el cuadro fue
reproducido por Martín Malharro. Payró comentaba en forma dramática la escena
para los lectores: “¡No quiero, no quiero que me quitéis el pan de mi esposa,
el pan de mi hijo! ¡No hay derecho, asesinos, para hacer morir á esta inocente
criatura, para hacer sufrir a esta pobre mujer! (…) Pero él no sabe todavía. Se
enfurece ante el efecto y no se da cuenta de la causa. Mañana, cuando la
conozca, se hará un anarquista, y se vengará de sus furores, mortíferos, que lo
llevarán quién sabe a qué extremidades nefastas”.
Sin pan y sin trabajo formó parte del envío organizado por Eduardo
Schiaffino para la Exposición Universal de Saint Louis en 1904, donde recibió
también una amplia cobertura en los periódicos, fue reproducido en varias
publicaciones y obtuvo un Gran Premio (la máxima distinción) en esa
competencia.
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Naturaleza en silencio (1926) |
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Sorpresa (1896) |
No siguió De la
Cárcova en la línea que abría con esta obra (aunque sobre el final de su vida
realizó algunos bocetos para una escena de puerto) sino que cambió pronto de rumbo:
aclaró su paleta y realizó algunos desnudos simbolistas, retratos y varias
notables naturalezas muertas. Tuvo también una importante producción como medallista,
pero sobre todo dedicó buena parte de sus esfuerzos a la docencia y la gestión
pública en diversos ámbitos (fue concejal, miembro de la Academia y de la
Comisión Nacional de Bellas Artes, Patrono de Becarios en Europa, etc.). fundó
en 1923, la Escuela Superior de Bellas Artes que luego de su muerte llevó su
nombre.
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